Yanina Skiba, Team Leader Comercial
31/01/2023

2023: año con interesantes desafíos para los inversores

31/01/2023

Empezamos un nuevo año y, pese a tratarse de un cambio de número en el calendario, se renuevan las expectativas y las esperanzas de que vendrán situaciones mejores. Para nosotros, los inversores, no será un año sencillo de transitar.

A la hora de decidir realizar una inversión, se debe hacer un análisis previo, pero de qué tipo, cuán profundo, qué variables mirar; en definitiva, a cuáles eventos estar atentos para obtener el resultado deseado.

Es bueno analizar lo que sucedió en 2022 para aplicar estrategias que arrojaron buenos resultados para quienes eligen colocar sus ahorros, más allá de opciones tradicionales como el dólar colchón y el ladrillo.

Sin duda alguna, la inflación fue el tema imperante alrededor del mundo: EE.UU., la Zona Euro, Japón, China, Brasil y los países latinoamericanos mostraron índices de precios al consumidor que no se habían evidenciado en la historia económica reciente. Tema aparte es Argentina, que por momentos coqueteó con el pasado hiperinflacionario.

En Estados Unidos, la principal economía del mundo, no está muy claro el panorama de recesión económica; si bien el primer semestre de 2022 mostró cierta contracción, no tuvo la misma performance la segunda parte del año, y eso se reflejó en el mercado laboral y en el índice PMI. En el primer concepto, se les presta especial atención a las peticiones de subsidio por desempleo, es decir la cantidad de personas que presentan la documentación para obtener el beneficio por primera vez, que a partir de agosto evidenció 18 semanas con performance mejor a lo que esperaba el mercado. El segundo concepto –el índice PMI (Purchasing Managers’ Index)– es un indicador económico que sondea a los gestores de compras de las empresas manufactureras: cayó en los primeros meses pero tuvo un rebote en el tercer trimestre y luego caída en el cuarto trimestre.

Con una Reserva Federal en constante búsqueda por converger a una tasa de inflación del 2%, utilizando la tasa de interés de referencia para lograrlo, y aún no logra los resultados deseados. En la última reunión de la Fed, el consenso sobre la tasa de referencia fue que no se darían recortes durante 2023 y que se debe alcanzar el objetivo inflacionario del 2% para 2024. Entonces, podemos esperar nuevos aumentos pero de menor magnitud durante este año.

Nos movemos a la Zona Euro, que aún no logra revertir en un 100% los efectos de la pandemia de covid y empezó a sufrir los embates de la guerra entre Rusia y Ucrania; ya sea por la emisión monetaria como por los aumentos en los precios de los combustibles y commodities, el índice de precios al consumidor fue del 9,2% durante 2022.

China nos sigue recordando que el covid y sus secuelas pueden demorar un tiempo largo en mitigarse y, por lo tanto, endurece y relaja sus políticas sobre la gestión de la epidemia y eso impacta en la oferta agregada mundial. Performance contraria mostró la inflación, que se redujo en términos interanuales hasta el 1,6% desde el 2,8%.

Miremos a nuestro socio comercial, Brasil, con cambio de gobierno no bien entrado 2023, y los primeros movimientos en su mercado bursátil: en las primeras jornadas del mes el índice bovespa de las principales compañías brasileñas se desplomó 3% y la moneda se depreció casi 4%; actualmente, se revierte la tendencia: el Bovespa acumula jornadas positivas y el real se aprecia 5% con respecto al inicio del año.

Durante 2022, su performance inflacionaria fue a contracorriente: tuvo meses de deflación para concluir el año con una inflación del 5,9% interanual.

Primera conclusión: necesitamos conocer el contexto mundial al momento de tomar una decisión de inversión. Tener una visión global nos hace entender que hay problemas económicos que trascienden fronteras y los mecanismos empleados para solucionarlos tienen consecuencias en las diferentes geografías.

Dejemos el plano internacional para adentrarnos en el contexto local. Concluimos 2022 con un índice de precios al consumidor cuya variación interanual fue del 94,8%. Como adelantaba más arriba, nos recordó tiempos pasados en que las fluctuaciones de dos dígitos eran moneda corriente. Adicionalmente, el año estuvo regido por los compromisos con el FMI, la no acumulación de reservas del BCRA, el ritmo de la devaluación del tipo de cambio oficial (crawling peg) y los tipos de cambio diferenciales para las actividades exportadoras.

Los desafíos para el año 2023 giran en torno a las elecciones presidenciales y la incertidumbre que este acto democrático genera en la sociedad toda; en el plano económico, la inflación y la acumulación de reservas seguirán sobre la mesa, así como la gestión de la deuda pública en pesos.

Segunda conclusión: la situación interna puede mejorar o empeorar con los coletazos del marco internacional; no estamos “desconectados” del exterior.

Ahora bien, invertir y encontrar las oportunidades para cada perfil de inversor es posible. Si el inversor considera que la inflación seguirá siendo el tema durante este año, encontrará cierta tranquilidad en activos cuyos emisores no dependen del financiamiento (porque si continúa el alza de tasas de interés, se encarece el crédito) y en instrumentos que indexen el capital invertido por índices que acompañen el incremento en el nivel de precios; si su expectativa se fundamenta en una reactivación de las economías, buscará activos ligados a la producción industrial, manufacturera y de consumo masivo. Aquellos inversores que persiguen la dolarización de sus carteras encontrarán opciones en las emisiones de empresas privadas cuya actividad principal genere ingresos en moneda dura y en las emisiones de títulos públicos nacionales. Por último, no olvidemos que, al ser un año eleccionario, aparecerá el trade electoral, es decir una oportunidad de inversión para quienes apuesten al cambio de color político.

Los desafíos están planteados, los inversores estamos atentos. Bienvenido 2023.

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