22/10/2021

Finanzas femeninas: planificar para terminar con la brecha de género

22/10/2021

La planificación de nuestras finanzas personales es el puntapié inicial para desafiar las brechas económicas existentes entre hombres y mujeres, y dotar de mayor inteligencia la formación de nuestro patrimonio. Vivimos en un contexto desafiante para llevar adelante esta tarea. A nivel mundial, las mujeres tenemos salarios más bajos que los hombres; pero al mismo tiempo, recibimos mayores estímulos para consumir nuestros ingresos, algo que, en consecuencia, reduce nuestra capacidad de ahorro.

La conclusión es clara y preocupante: las mujeres requerimos de más esfuerzo o tiempo para alcanzar los mismos objetivos económicos que los hombres. En este sentido, el último estudio realizado por el Foro Económico Global indica que tomará 202 años resolver la dimensión de empoderamiento económico.

Actualmente, el número de mujeres en las finanzas ha crecido exponencialmente -tanto de asesoras financieras como de influencers e inversoras-, y el ecosistema parece retroalimentarse para incluirnos cada véz más en la lógica de la administración inteligente. A la par, crece la mirada de largo plazo para planificar la concreción de nuestros objetivos de contenido patrimonial.

La pandemia y el aislamiento social que vivimos el año pasado aceleró este proceso de inclusión, ya que un gran número de mujeres se vio empujado a intentar suplantar sus ingresos por renta financiera y evitar dilapidar sus ahorros para solventar sus gastos corrientes.

En Liebre Capital vemos un fenómeno peculiar: si bien el 60% de nuestro público en redes sociales es femenino, el porcentaje de inversores hombres es superior. ¿Cómo se explica? Creemos que muchas mujeres están dando un primer paso para investigar y educarse financieramente, y que ello se traducirá en un futuro muy cercano en una participación preponderante en la actividad financiera.

Las mujeres planificamos nuestras inversiones. En ese sentido, tenemos una gran ventaja respecto de los hombres: un mejor manejo y capacidad de reconocer nuestras emociones. La toma de decisiones impulsadas por el miedo o la avaricia suelen derivar en grandes desinteligencias financieras. Entre las inversoras observamos una mayor templanza y tendencia a consultar con un asesor profesional antes de tomar una decisión extrema, lo que nos permite ser mejores administradoras.

Esta conducta no implica que elijamos inversiones conservadoras. Por el contrario, las mujeres solemos mostrar una menor aversión al riesgo que los hombres. Entendemos que cada momento de la vida presenta diversos desafíos y, en consecuencia, distintas estrategias para hacerles frente. Para muchas, se trata de un nuevo camino lleno de oportunidades.

Fortalecer el camino de la inclusión

Dentro del proceso de inclusión financiera de las mujeres es importante que las asesoras impriman una mirada de género inteligente que brinde la suficiente información y acompañamiento a las inversoras para que tomen las decisiones que más se adapten a sus necesidades y no se encuentren navegando de manera solitaria el sinfín de opciones disponibles en el mercado. La empatía es fundamental para poder sortear las emociones vinculadas al miedo que puede surgir y disolver trabas.

También resulta importante no dar por sentados conocimientos que nunca nos han sido enseñados en torno a nuestro manejo financiero o plan de inversión, porque eso ahuyenta y devuelve al status quo a una potencial inversora inicial. En este sentido, las cifras históricas evidencian que la participación en la economía y las finanzas es muy incipiente en nuestro país. ”Desde 1854 hubo en nuestro país aproximadamente 130 ministros de economía y una ministra; y una sola Administradora Federal de Ingresos Públicos, que es la que actualmente ejerce el cargo”, según señala la jueza y docente Agustina O´Donnell en el texto Los patrones socioculturales perimidos de la Corte y la desigualdad de género.

Una nota positiva: hoy las mujeres somos actoras fundamentales para continuar gestando este cambio de generación y de estructura económica para en un futuro, esperemos próximo, el acceso a las finanzas y sus herramientas no distinga género.

Por María Belén Ravignani – Oficial de Negocios de Liebre Capital

Powered by Ingematica